¿En qué consiste el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?
Por la Lic. María Fernández Castaño
1) ¿En qué consiste el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?
Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que se imponen en la conciencia de modo intrusivo provocando ansiedad y malestar significativo. La persona que las padece las considera inadecuadas, no las puede controlar ni detener voluntariamente y no encajan con el tipo de pensamiento que esperaría tener.
Las compulsiones son comportamientos (lavarse las manos, comprobar si la llave del gas quedó cerrada) o actos mentales (contar, repetir una frase) que se repiten con la finalidad de contrarrestar la ansiedad y el malestar que causan las ideas obsesivas.
Muchas veces la persona queda empantanada teniendo que hacer más acciones para combatir la obsesión y emplea cada vez más tiempo en esa batalla que inunda su vida diaria. Por ejemplo, alguien siente temor de contagiarse, y para combatir los gérmenes tiene que lavarse las manos con más frecuencia, limpiar las superficies, no tocar ciertas cosas, etc, Lleva a cabo más medidas de protección que, si bien producen un alivio momentáneo, fracasan en el intento de frenar la ansiedad. El trastorno obsesivo compulsivo puede ir ganando terreno y resultar limitante. Al emplear cada vez más tiempo en estas maniobras termina llegando tarde o no pudiendo cumplir con sus actividades.
Los temas más habituales de las ideas obsesivas son la contaminación (miedo a enfermar, a gérmenes) preocupación por el orden, la simetría, las dudas repetitivas (si se cerró bien la puerta de calle al salir, si se dejó algo encendido que pueda provocar un incendio), impulsos de carácter agresivo u horroroso hacia sí mismo o hacia otros (miedo a autoagredirse, temor a insultar o a decir una palabra obscena), pensamientos prohibidos o no deseados sobre sexo y religión.
Las compulsiones suelen estar vinculadas a la limpieza y/o lavado de manos excesivo, el ordenar con rigurosidad y de acuerdo a un patrón particular, la verificación repetida de acciones (cerrar la puerta con llave, apagar el horno, cerrar la llave de gas, etc), y contar compulsivamente.
2) ¿Quiénes pueden padecerlo?
Todos podemos tener alguna idea o ritual obsesivo, por ejemplo, pensar una palabra al pasar debajo de un puente, tener que contar los escalones de una escalera o realizar el mismo orden de acciones antes de dormir a la manera de un ritual. Estamos frente a un trastorno obsesivo cuando las ideas y compulsiones resultan excesivas y provocan un malestar significativo, cuando la obsesión interfiere en la vida de la persona y le dificulta o impide llevar adelante sus actividades. Se producen inhibiciones del pensamiento y de la acción. Si estas compulsiones generan padecimiento estamos en el campo de la psicopatología.
En general comienza en la adolescencia o en adultos jóvenes pero también puede surgir en la niñez.
Las causas del trastorno pueden explicarse por la combinación de factores hereditarios y factores emocionales ligados a experiencias infantiles muchas veces de carácter traumático y a la historia familiar de la persona.
3) ¡Por qué se autocastigan?
Sigmund Freud fue pionero en reconocer y diferenciar el cuadro de la neurosis obsesiva. Desde la teoría psicoanalítica el aparato psíquico está integrado por tres instancias: el Yo que tiene función defensiva y es el encargado de mediar y moderar entre instancias y sostener la relación con la realidad, el Superyó que es la internalización de las exigencias y prohibiciones parentales, tiene como funciones la autoobservación, la conciencia moral y la formación de ideales, y el Ello que es el reservorio de la energía psíquica, la parte pulsional, inconsciente que busca satisfacerse.
Para Sigmund Freud en la Neurosis obsesiva el conflicto se da entre el yo y el superyó que se caracteriza por su extrema crueldad. El Superyo somete al yo en una relación sadomasoquista a sufrir castigos por sentimientos inconscientes de culpa que llevan al obsesivo a pagar con sus síntomas.
La teoría psicoanalítica explica el mecanismo psicológico de las obsesiones. Habría un afecto desplazado sobre la idea obsesiva que está alejada del conflicto original de la cual proviene dicho afecto y que ha quedado reprimido, es decir, inconsciente para el sujeto que sufre esta afección. Los deseos agresivos que movieron al sujeto en el pasado no son reconocidos por él. Tiene que “limpiar” hasta el cansancio aquello que a nivel inconciente “ensucia” su buena reputación. Surge allí la necesidad de castigo que lo lleva a acciones desesperadas en la batalla obsesiva. Muchas veces se avergüenza de la irracionalidad de sus maniobras y trata de ocultar lo que le sucede. El espacio terapéutico le permite poner en palabras el calvario que atraviesa.
4) Señales de alarma o red flags que nos pueden indicar que nuestro familiar o amigo está atravesado por este trastorno
• Si alguien dedica mucho tiempo, al menos una hora por día a estos pensamientos o comportamientos y esto interfiere en su vida social y/o laboral.
• Si se lava las manos con mucha frecuencia o tiene dañada la piel por el uso excesivo del jabón.
• Si observamos que alguien tiene dificultades para llegar a horario debido a las acciones que realiza antes de salir de la casa.
• Si una persona lee o estudia muchas horas pero no se concentra y no puede retener los contenidos, es posible que las ideas obsesivas interfieran en su actividad intelectual.
• Si con frecuencia deja de lado disfrutar de otros planes para priorizar el orden y la limpieza como actividades que se impone a sí mismo.