Entrevista a Roberta Gorischnik – El Sujeto y los Modelos Familiares (Primera Parte)
Hoy les presentamos la primera mitad de la entrevista que realizamos con Roberta Gorischnik. Además de lo recogido en la propia entrevista, la charla con Roberta nos animó en la búsqueda de nuevos puntos de vista y de ventanas por las que asomarnos y observar. Roberta Gorischnik es psicoanalista vincular especialista en parejas y familias, ademas de docente universitaria.
Roberta Gorischnik
” La especificidad del rol del psicólogo estaría orientada hacia la singularidad y hacia el entramado de la configuración vincular grupal que acontece en el encuentro de estas subjetividades con las que se trabaja.
La necesidad de ser escuchados se ha ido extendiendo a otros ámbitos, ¿Cuál es el trabajo del psicólogo en estos nuevos ámbitos?¿ Que beneficios se podrían esperar?
El trabajo del Psicólogo en nuevos ámbitos es una realidad y una oportunidad de crecimiento para nuestra profesión. Existen nuevos abordajes (tanto en la intervención directa como en capacitación a otros). Un ejemplo de ello podría ser el que estamos realizando con una colega, especialista en Psicología de la música, que con recursos provenientes de esta disciplina y del psicodrama trabajamos capacitando profesionales de la salud, brindando herramientas para el desempeño del rol específico (trabajamos con obstetras, acompañantes terapéuticos, enfermeros, cuidados al cuidador…). La Psicología tiene mucho que aportar en el campo de la salud familiar y comunitaria. Estos nuevos espacios han permitido obtener conductas más salutogénicas.
Es muy importante tener en cuenta una ética que dé lugar a la otredad. Este trabajo se desarrolla con la subjetividad de la población, por lo tanto se corre el riesgo de un posicionamiento que borre las diferencias y no tenga en cuenta las características y la subjetividad de aquellas personas que constituyen o configuran ese grupo con el que se está trabajando. Me parece que mucho apunta a eso, a trabajar en todo lo que tiene que ver con una perspectiva de promoción de la salud, otorgando así posibilidades de integración. Este salir de la consulta posibilita trabajar mediante un compromiso con la singularidad y con las dinámicas que desde esta singularidad se producen. Es decir: sin que lo grupal o lo comunitario o lo que fuere borre esas diferencias provenientes de la singularidad de cada uno de los que están componiendo esa situación.
Me parece que en muchos de los espacios, el trabajo del Psicólogo es el de poner el foco de atención en esta subjetividad. En lo institucional estos profesionales permiten abordar, desde su marco referencial, las dinámicas y los procesos que desde lo inconsciente están operando en ese campo, haciendo así posible que determinados aspectos emerjan y se hagan visibles en las distintas situaciones. Esto en instituciones públicas y privadas (salud, educación, culturales, deportivas, ONGs , comerciales…).
La especificidad del rol del psicólogo estaría orientada hacia la singularidad y hacia el entramado de la configuración vincular grupal que acontece en el encuentro de estas subjetividades con las que se trabaja. Ese me parece que es el aporte y la mirada del psicólogo fundamentalmente, operando tanto en promoción como en la intervención.
Se me ocurre un ejemplo respecto de los lugares a ocupar por el psicólogo más allá de la clínica particular a partir de un caso reciente en Argentina. Hace poco ocurrió un hecho de mucha conmoción social: el secuestro, violación y asesinato de una joven en una pequeña ciudad del interior del país. Aquí se calcula que hay un feminicidio cada 18 horas, a pesar de esto, este caso tuvo una repercusión y una trascendencia diferente al de estos otros casos que están invisibilizados. Esta joven estudiante, fue asesinada por un violador con libertad condicional al cual le habían reducido la pena y entonces había salido antes de cumplir la condena completa. Todo esto generó un debate social muy fuerte acerca de la inseguridad, que es una problemática muy candente en este momento, así como la violencia contra las mujeres en general y el femicidio en particular. A partir de esto se están comenzando a pensar algunas cuestiones en relación a las leyes y desde los medios de comunicación hay numerosas consultas a los psicólogos acerca de los rasgos psicológicos y perfil de los violadores. También se consulta preguntándose por las problemáticas sociales acerca de los determinantes sociales de la población en la salud mental. Esto atestigua el gran interés de la población por la opinión del psicólogo para una gran multitud de cuestiones, con la particularidad del contexto sociocultural de Argentina, que es uno de los países del mundo con mayor cantidad de psicólogos por habitantes. Entonces, al haber tanta cantidad de psicólogos y tanta oferta de formación, los psicólogos van ocupando espacios públicos, ofertando diferentes formas de intervención y eso hace que la demanda se vaya generando. Lo que significa que cada vez hay más espacios que se van instaurando para cubrir las diferentes necesidades sociales que se van generando.
“ El hecho de ser padre o madre, tiene que ver con el reencuentro de si con respecto de lo que recibió de sus propios padres y aquello que transmite a sus hijos.
¿Se observa alguna diferencia en el desarrollo psíquico de los niños pertenecientes a los nuevos tipos de familia (monoparentales, parejas del mismo sexo, vientres de alquiler, niños nacidos del proceso in vitro)? ¿Hay alguna diferencia en la vinculación de estos niños?
Yo lo que creo que es que la familia tradicional burguesa constituida por una mamá, un papá y los niños a devenido más un ideal que una realidad en este momento. Todas las transformaciones sociales y culturales de los últimos años han producido cambios en las instituciones en general y en la familia en particular. Estas nuevas configuraciones no son un emergente que acabe de surgir, sino que lo que ha ocurrido es que se han visibilizado otras formas familiares. Es decir: que estas familias monoparentales, homoparentales, etc. Estaban invisibilizadas a causa del planteamiento marcado por el modelo e ideal del imaginario social heteronormativo que planteaba como modelo de familia una familia constituida por una pareja heterosexual y sus hijos biológicos. En realidad, la visibilización de estas nuevas formas de familia es bastante reciente. En Argentina, el 15 de julio de 2010 se realizó la promulgación del matrimonio igualitario, siendo el primer país de América Latina en reconocer este derecho, ello permitió instaurar en la escena social una mirada inclusiva de estas formas de familia que ya existían antes de dicha legislación. Estos se nominan nuevos formatos de familia , aunque como decíamos no son nuevos en su existencia, aunque si en relación a la mirada y la inclusión social de estas familias después de ser recientemente legalizadas en distintos países. Lo que lo hace posible el reconocimiento de este derecho es que la sociedad va legitimando en función de estas legalizaciones, aunque lo que permitió su legalización haya sido ciertos pensamientos de la época, cierta legitimización previa.
Con respecto a lo que tiene que ver con las características de la parentalidad, acerca de ¿Qué es lo que hace que una parentalidad sea saludable permitiendo la formación de un individuo? Lo más importante es cómo los padres cuidan a los niños, más allá de la parentalidad biológica. El hecho de ser padre o madre, tiene que ver con el reencuentro de si con respecto de lo que recibió de sus propios padres y aquello que transmite a sus hijos. Las perturbaciones o carencias que hay en las relaciones entre el niño y los padres durante los primeros años de vida se constituyen en un periodo muy importante, que va a plantear una potencialidad de riesgo que podrá devenir en patología en el proceso de subjetivación de ese niño y que más tarde requerirá de atención (en algunos casos, de cuidados muy importantes). Hay una autora, Joyce Mcdougall, que plantea que lo mas importante no es que sea homoparental, heterosexual, familia adoptante o mononuclear, (esto último lo añadiría yo): si no la capacidad que tienen de ser padres, la capacidad de amar al niño y educarlo para que pueda devenir un sujeto. Esto, en realidad, es lo que permitirá que el sujeto tenga una potencialidad de actividad, de ser dinámico, creativo, de amar la libertad, de desarrollar su sexualidad… Es que los padres, en su función de parentalidad, puedan identificar a ese niño tanto en sus deseos como en sus necesidades, siendo así una puerta hacia el mundo, permitiéndoles, de este modo, el acceso a éste más allá de la cuestión de la sexualidad o la conformación. En la concepción de la familia heteronormativa, la parentalidad tenía una correspondencia en la que la función de sostén era ejercida por una madre mujer y la función de corte por un padre varón. Actualmente estamos pensando en funciones que se establecen a partir de los distintos estilos, modelos y configuraciones de sujetos que ejercen la crianza de los niños. Funciones que van más allá de la maternidad como instinto que ha sido un mito con una pregnancia muy fuerte respecto a la normalización y normativización de la familia, en la que la mujer se quedaba en casa al cuidado de los niños como una forma de organización de esta familia nuclear que la modernidad necesitaba. Todos los últimos trabajos de investigación que se han realizado, toda la visibilización de las problemáticas de género, plantean estas cuestiones de asignaciones hacia la maternidad respecto de la relación entre la función y lo biológico como una estrategia de control y de poder ejercida por dispositivos institucionales sobre la mujer en este modelo de familia. Por lo tanto, situándonos en un prisma distinto, la importancia de la parentalidad reside en que los sujetos sean capaces de cuidar, atender y de tener empatía con estos niños.
En los últimos años estamos asistiendo a numerosos cambios en la perspectiva de la crianza. Estamos pasando de una perspectiva tutelar, en la que el niño no era un niño sujeto de derecho, si no que había un adulto el cual tenía la responsabilidad, derechos y obligaciones sobre ese niño y por lo tanto su tutela; a concebir al niño como individuo sujeto de derechos, introduciéndose así toda una transformación respecto del lugar que tiene el niño. La sociedad comienza abrir huecos para que éste se exprese y pueda decidir sobre cuestiones que afecten directamente a su interés a medida que va aumentando su madurez. Por lo tanto, la capacidad de comprometerse, de expresarse por si mismos, de tomar decisiones vitales responsables… son co-construidas tanto desde la familia como del entorno social. Los chicos antes se criaban dentro de las familias, entonces todos los estímulos por los que se le transmitía la cultura eran mediatizados por el discurso de los padres. En este momento, los chicos cuentan con distintos recursos y dispositivos, los chicos desde muy pequeños pueden acceder a Internet a través de las distintas pantallas teniendo así acceso y apertura hacia otros lenguajes y discursos así como otras realidades que van formando parte y constituyendo la subjetividad de estos niños. Desde este lugar se puede pensar en una socialización ampliada a la familia nuclear, puesto que la socialización no se produce solamente dentro de ésta. Podemos comenzar a pensar sobre cómo se produce esta subjetividad y cómo se determinan estos procesos de subjetivación. Por ejemplo, podemos pensar si los niños comienzan a ser subjetivados a través de los distintos dispositivos electrónicos… Al menos podemos pensar en la arbitrariedad de esa concepción planteada por estas figuras y modelo de familia.
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