Psicología del deporte: el rol del psicólogo en las lesiones
MARTES DE TERAPIA
“Psicología del deporte: el rol del psicólogo en las lesiones” por el Lic. Román González, miembro del Equipo con Niños y Adolescentes del IPPL
Una de las temáticas más importantes y relacionadas con todos los deportes a lo largo de la historia son las lesiones. Según Cepeda Salas (2012), hablar de lesiones para quienes practican habitualmente deportes o actividad física es entrar en un tema incómodo e ingrato. Sin duda, a medida que nos vamos sintiendo mejor con el ejercicio físico son muchos los aspectos personales que se ven fortalecidos; la apariencia personal, la interacción social, sentimientos de alegría y satisfacción, entre muchos otros. Sin embargo, es preciso que cada deportista tenga en cuenta que a medida que aumentan sus cargas de entrenamiento, es decir, horas dedicadas a la práctica, cantidad de ejercicios e intensidad de los mismos, se irá acercando a una delicada línea entre la lesión (daño, afección) y el estado de fortaleza óptimo (salud, bienestar).
Ahora bien, ¿qué es una lesión? Podemos considerar la lesión como un hecho negativo para el deportista por múltiples motivos: supone una disfunción del organismo que en la mayoría de los casos produce dolor, conlleva la interrupción o limitación de la actividad deportiva (y en algunos casos la extradeportiva también), implica posibles pérdidas en cuanto a resultados deportivos individuales y/o colectivos, y cambios de vida personal y/o familiar. (Buceta, 1996). Siempre teniendo en cuenta el tipo y grado de lesión, debemos aclarar que la o las pérdidas, también pueden ser de índoles económicas y de salud mental, siendo esta última la que nos atañe ahora.
El dolor físico que puede llegar a sentir un atleta es sólo una parte muy pequeña del malestar que deberá pasar a lo largo del proceso de rehabilitación. El “dolor psicológico” causado por una lesión y sus consecuencias relacionadas con la pérdida temporal o permanente de la continuidad de sus entrenamientos y competiciones, puede ser mucho más devastador que una rotura de ligamentos, desgarro muscular o fractura de huesos. Por esto, es preciso que el malestar psicológico se oriente adecuadamente, sino corremos el riesgo de afrontar un proceso lento e incompleto de recuperación. Asumir conductas preventivas que se transformen en hábitos y en estilos de vida saludables son aspectos cruciales para evitar el surgimiento de lesiones. (Cepeda Salas, 2012)
¿Cuál es entonces el rol del Psicólogo Deportivo en casos de lesiones? Trabajar mancomunada e interdisciplinariamente con otros miembros del equipo como pueden ser médico, kinesiólogo, nutricionista, preparador físico y técnico.
El psicólogo deportivo tiene un papel importante en la prevención de lesiones relacionadas con el estrés psicosocial del deportista, tanto en lo previo como en las fases de recuperación y reincorporación del jugador “en su vuelta a las canchas”.
En la fase de prevención es importante conocer qué variables (ansiedad, autoconfianza, motivación, etc) están afectando al atleta a nivel mental como así también su historia previa de lesiones para tratar de reducirlas. Muchas veces elevados niveles de estrés o ansiedad son los desencadenantes de lesiones de tipo muscular (contracturas, desgarros).
Durante la fase de rehabilitación, es muy importante el apoyo emocional hacia el jugador lesionado. Aquí lo destacable de la labor del psicólogo deportivo no es sólo en la gestión y evaluación de las manifestaciones emocionales y de dolor por las que pasa el jugador durante la lesión, sino también el control de sus expectativas.
Por último, una vez recuperado el deportista de la lesión, debe hacer frente a una de las fases más estresantes: el volver a desarrollar su actividad deportiva, cuyo estrés puede incrementarse si el tiempo de inactividad ha sido elevado. Este estrés también puede agudizarse si el jugador no alcanza el nivel de rendimiento previo a la lesión en un determinado tiempo (tiempo siempre muy individual y subjetivo). También adquieren mucho valor las expectativas tanto propias como externas, el miedo a una recaída, etc.
Todos estos aspectos y fases mencionados anteriormente conjunto a una constante comunicación entre todos los actores implicados en la recuperación del deportista forman parte del trabajo del psicólogo deportivo.
Román González
Licenciado en Psicología
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