Efectos de la pandemia en la Salud Mental
MARTES DE TERAPIA
“Efectos de la pandemia en la Salud Mental” por la Mag. Roberta Gorischnik, directora del IPPL
En esta segunda ola, se produjo un gran exceso de información (la tan famosa infodemia) ante la cual nos vemos continuamente expuestos por la omnipresencia de los medios. Todo lo que está ocurriendo y más, nos bombardea constantemente desde diferentes frentes en la voz, el mensaje o la imagen de “los comunicadores”. Esto termina siendo insoportable desde el punto de vista emocional y psicológico. La recomendación es no estar todo el tiempo viendo las noticias, evitar tomar contacto y alejarse de todo lo que tiene que ver con la sobreestimulación de temáticas relacionadas al COVID-19.
Todos de diferente manera estamos sufriendo por la pandemia y todas las consecuencias vinculadas con ella -el tema del confinamiento por el Covid-19, la pérdida de un familiar, el teletrabajo, haber pasado por una enfermedad grave, la pérdida del empleo o el miedo a perderlo, la disminución de recursos económicos , la pérdida del poder adquisitivo ,el sedentarismo, el aislamiento, la escolaridad virtual, la falta de contacto con amigos y seres queridos, las restricciones en la movilidad y en la circulación y la afectación en prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana-
Estos son estresores que nos afectan emocional y psicológicamente a todos/as sin distinción de edad ni sexo, pero fundamental y particularmente repercute en aquellos que tienen alguna predisposición o cierta vulnerabilidad, en cuanto a sus capacidades de respuesta emocional, a situaciones de la vida cotidiana con algún nivel de complejidad.
Hay una problemática que se ha presentado de forma global ya que en todos los países del mundo se están realizando estudios de cómo ha afectado el estrés por Covid-19 en la población. Hay cifras que hablan del 25% (al 40% en algunos casos) de personas que han cursado algún tipo de trastorno con características de depresión o ansiedad frente a las distintas situaciones de estrés que se están presentado a causa de la pandemia.
Para quienes ya están diagnosticados con ansiedad o depresión, la abundancia de sentimientos de soledad, miedo, incertidumbre y/o tristeza pueden agravar los síntomas agudizandolos, por lo cual es muy importante que puedan continuar con sus tratamientos psicológicos.
El miedo a las consultas médicas o ir a los centros de salud ha generado muchos desórdenes, trastornos y alteraciones, tanto a nivel físico como emocional, y en este sentido se han suspendido algunos tratamientos. Una de las indicaciones más importantes por parte de los profesionales de la salud, es no cortar ni modificar los sistemas de tratamientos psicofarmacológicos sin que sea con la orientación médica. El acompañamiento y la ayuda psicológica es fundamental ya que colaboran con el bienestar emocional y psicologico
Otro aspecto a tener en cuenta, además de , como venimos diciendo ,evitar el exceso de información, y continuar con los tratamientos es ;y cuando esto es posible , trabajar y realizar nuestras actividades,asi como cuidar el contacto y la comunicación (ya sea con familiares o con amigos íntimos), dado que mantenernos en actividad ,poder hablar y expresar lo que se está viviendo es de mucha ayuda para poder elaborarlo
Puede ser que se encuentre en un estado constante de:
Miedo o preocupación respecto a su estado de salud con una observación constante de si, a fin de detectar signos o síntomas de la enfermedad. Puede incluso estar preocupado por las personas cercanas que podrían haberse contagiado, o contagiarse en un futuro por su culpa
Miedo o preocupación por sus finanzas, o por la situación económica, que los cambios en su actividad le generen pérdida de ingresos o seguridad,
Malestar al sentirse sobre exigidos frente al cuidado de menores o familiares, experimentar miedo o exceso de preocupación en relación a cuánto durará la pandemia.
Rabia o malestar debido a que se ha contagiado por culpa, negligencia o falta de cuidados de otros.
La ansiedad suele ser uno de los trastornos más frecuentes en los niños y se manifiesta de distintas maneras con síntomas y signos físicos -aparte de psicológicos o emocionales-, así que hay que estar atentos a los más pequeños, incluso a los adolescentes, que suelen pasar inadvertidos debido a las características de aislamiento propia de esta esta etapa.
Los síntomas pueden desencadenar exceso en el consumo de alcohol, alteraciones en la alimentación y en el sueño, irritabilidad, dificultad para concentrarse, pérdida de confianza y pensamientos negativos respecto del futuro.
Todos estos signos se han manifestado tanto en hombres como en mujeres y en cualquiera de las franjas etarias: niños, adolescentes, adultos, adultos mayores.
Si bien todos transitamos por estos sentimientos y experimentamos este tipo de respuestas emocionales, lo que determina una diferencia es su estado constante y la perdida casi total de disfrutar. Resulta importante acudir a una consulta psicológica si notamos que alguna persona persiste todo el tiempo y por más de 15 días con reacciones desmedidas frente a la preocupación, el miedo o la ansiedad.
Roberta Gorischnik
Licenciada en Psicología
Magister en familia y pareja
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